La música en nuestro cerebro (primer acorde)

Mario H. Vázquez

La música es algo que siempre ha fascinado a la humanidad desde hace siglos. Asistir a un concierto o presentación, hasta deleitarnos en nuestro camino a casa o al trabajo gracias a un archivo mp3, la música nos ha acompañado en nuestro desarrollo como seres humanos.

Este desarrollo ha llegado al mundo de los videojuegos, ejemplos de hace un tiempo de estos juegos son el Dance Dance Revolution o Pump It Up (cómo olvidar la adaptación de "Pathéthique" mejor conocida como "Beethoven Virus") si bien en estos juegos la música era un gran factor, el apartado de "baile" daba mucho que desear.

Imagen de la canción "Beethoven Virus" del videojuego Pump It Up


Para la fortuna de los fanáticos del baile surgió Just Dance un juego que si presenta coreografías y del cuál Vero ya publicó un post (https://mvgtherapy.blogspot.com/2020/05/la-motricidad-traves-de-just-dance.html), pero si lo nuestro era "tocar" tuvimos el Guitar Hero, juego que nos permitía volvernos rockstars. Aunque como en el caso de los juegos de baile en sus inicios, la experiencia de "tocar" se veía limitada al periférico que usábamos en este juego.

Esto fue hasta el año 2011 donde Ubisoft nos trajo Rocksmith, que ejemplifíca a la perfección lo que un videojuego puede llegar a hacer, para desarrollar una habilidad. El juego nos permite conectar una guitarra real y mientras vemos la pantalla tocar la cuerda y traste indicado en la pantalla para tocar una canción, la interfaz es muy similar a la anteriormente usada por Guitar Hero, por lo tanto, migrar a una experiencia más real no era tan difícil (en el aspecto visual).


Fragmento de la canción "Hey Ya" en la interfaz del juego Rocksmith


En pocas palabras Rocksmith nos enseña a tocar guitarra, usando nuestras canciones favoritas para hacerlo y con una interfaz amena y agradable. Este cambio hace que pasemos de una "simple" actividad de coordinación ojo-mano, tenga los elementos más complejos que se involucran al aprender a tocar un instrumento, como lo mencionan Berkowitz y Ansari en su artículo del 2009: la motricidad fina, percepción y cognición de patrones auditivos y procesamientos multimodales, mientras que a nivel anatómico se pueden observar cambios en la corteza motora y auditiva, en las regiones frontales, parietales y occipitales del cerebro, entre otros.



Unido a esto tenemos la experiencia adicional de tocar algo que nos agrada, lo cuál repercute en nuestro sistema límbico, el cuál es la base para emociones como el miedo y la felicidad, lo que nos permite reforzar lo que estamos aprendiendo, siendo en este caso, aprender a tocar la guitarra.

Cómo lo dice el título de este post, este es el "primer acorde" y es una breve entrada para desarrollar más el tema de la música y el cerebro e iniciar algunos postulados interesantes sobre los videojuegos y medios digitales y sus implicaciones en nuestro cerebro.

¿Jugaron alguna vez Dance Dance Revolution, Pump It Up o Guitar Hero? ¿Recuerdan alguna canción que les gustara mucho de estos juegos?



Referencia
Berkowitz A., Ansari D. (2010) "Expertise-related deactivation of the right temporoparietal junction during musical improvisation", NeuroImage 49, 712-719  


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