El monstruo de los ojos amarillos
Mario H. Vázquez
Anteriormente les conté cómo me identificaba con luchadores al usar una máscara y cómo vemos a nuestros héroes como fuentes de poder ante la adversidad, pero en esta ocasión les hablaré más del miedo, por ejemplo, el miedo que tenemos ante algunos seres (reales o no) cuando somos pequeños (e incluso cuando ya somos mayores).
La oscuridad y su incertidumbre son elementos comunes de temor para los niños, tanto así, que existe el término terrores nocturnos para definir un trastorno del sueño que se caracteriza por despertar exaltados, atemorizados, súbitamente. Aunque estos terrores son procedentes en muchas ocasiones de pesadillas en esta ocasión les comentaré sobre un juego que nos muestra el temor a algo mucho más real.
El juego del que hablaré en esta ocasión es "Lydia" (Platonic Partnership) una experiencia visual muy rica, con un tema bastante serio y una historia muy cruda y poderosa. En "Lydia" tomamos el papel de una niña del mismo nombre y vemos cómo es su entorno familiar, como percibe su realidad a través de una visión un tanto fantástica, y como se desmorona por el alcoholismo de sus padres. En el juego vemos varios momentos de la vida de Lydia con todo y las horribles consecuencias que tiene el abuso del alcohol.
La realidad y la fantasía
En la experiencia visual de "Lydia" vemos a la protagonista adentrarse en un mundo alterno guiada por su osito Teddy, mientras conoce personajes curiosos como un caballero tambaleante, un arlequín o un sapo enorme que le bloquea parte del camino en este mundo alterno.
Este mundo me recordó mucho a lo que observamos en la película "El Laberinto del Fauno" de Guillermo del Toro, una realidad alterna en la que vemos seres fantásticos que ayudan o son parte de la historia que se desarrolla alrededor de la protagonista. Así como vemos al Fauno ser un "guía" para Ofelia, Teddy cumple esta función con Lydia. Además de esto vemos un sapo gigante en ambas historias y aunque en ciertos puntos reconoceríamos elementos de cuentos de hadas en ambas producciones, es más obvio y directo en la película. El hecho de que la protagonista pase por 3 pruebas es un recurso muy utilizado en los cuentos, para hacer evidente un proceso de crecimiento.
Esto puede verse un poco en "Lydia" al ver 3 etapas de su vida durante todo el juego: su niñez, su adolescencia y su etapa adulta, aunque en el juego esto se usa para destacar cómo el alcohol se mantiene como una constante a lo largo de su vida y en cierta forma se vuelve el grillete que no le permite ser libre y la hace sufrir.
Detrás de los ojos amarillos
Otro elemento presente en la película y en el juego es la madre de la protagonista, mientras que en "El laberinto del fauno" la madre de Ofelia se muestra como un "refugio" ante las adversidades (y su mismo padrastro) en "Lydia" la madre es completamente lo opuesto. Como se revela por Teddy ya avanzado el juego, la madre es el monstruo al cuál temes desde el inicio.
Respecto a la madre de Lydia podemos ver en ella algunas consecuencias de lo que les había mencionado brevemente en el post anterior ("El héroe que hay en mí") aunque ahora les mencionaré más de las secuelas cognitivas presentes en las personas con alcoholismo.
Oscar-Berman y Mankovic (2007) citan investigaciones dónde se mencionan las siguientes deficiencias:
- Deficiencias en las funciones de vigía y atención, aún en niveles bajos de concentración de alcohol en sangre (CAS) 0.02-0.03%.
- La intoxicación por alcohol interrumpe los índices de procesamiento neurofisiológico de estímulos atencionales, semánticos y psicomotrices.
- Con información obtenida de alcohólicos crónicos, la intoxicación aguda genera deterioro de las funciones ejecutivas cómo la planeación, memoria de trabajo y control comportamental complejo.
- Se pueden presentar comportamientos desinhibidos, impulsivos, sociales o sexuales inadecuados, deterioro en la toma de decisiones y funciones ejecutivas.
- Dosis bajas de alcohol (CAS 0.04%) causan un decremento en la activación a los estímulos sexuales.
- Las estructuras cerebrales más sensibles a los efectos del alcohol son: los lóbulos frontales, el sistema límbico y el cerebelo.
Para explicar mejor las regiones implicadas en las alteraciones mencionadas, ubiquemos los lóbulos cerebrales primero.
En la imagen de abajo observamos en amarillo las áreas que se activarían en una persona normal durante el desarrollo de tareas específicas, y en azul, las áreas que se activan en personas alcohólicas durante el desarrollo de esas mismas tareas (Oscar-Berman y Mankovic, 2007).
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